martes, 28 de octubre de 2014

CURSO EN TAMAJÓN OCTUBRE 2014

El fin de semana del 17 al 19 de octubre decidimos ir a entrenar a Tamajón (Guadalajara) a unos 100 km de Madrid. Esta fue la tercera vez que nos animamos a ir y el tema elegido para el curso fue la cuerda. No conseguimos ir todos pero para los que estuvimos (Isma y Dani, Bojana y su madre, Victor Andrés, Dani, Fran, Petro, Edel y yo) fue una experiencia estupenda.
Quedamos el viernes en La Garena y después de la tradicional espera a la llegada de alguien, emprendimos el camino. Cuando llegamos a la casa, dejamos las cosas, nos pusimos el kimono y comenzó el entrenamiento.

Las sesiones de entrenamiento (viernes tarde, sábado mañana y tarde y domingo por la mañana) estuvieron llenas de momentos especiales, tanto por la compañía, como por el entorno y por todos los detalles que solamente se pueden vivir entrenando en el exterior, como por ejemplo el hecho de tener que adaptarse a un entorno al que no estás acostumbrado.

 Como siempre, Isma tiene una forma especial de enseñar  con la que a partir de juegos y técnicas, nos pudo enseñar cosas tan fundamentales como la importancia del trabajo en equipo y la organización. Por su puesto, trabajamos con la cuerda y con el kyoketsu soge, los cuales aprendimos a manejar de distintas formas mediante una serie de técnicas y situaciones, siempre en un entorno entre amigos, lleno de alegría y energía positiva.

También hicimos un entrenamiento nocturno, que personalmente me gustó mucho, porque además de que son situaciones que no se pueden crear en las horas de entrenamiento habituales, me hizo darme cuenta de que nada es lo que parece y hasta lo aparentemente más sencillo tiene mil detalles importantes que lo hacen complicado.

En mi opinión, pienso que este tipo de convivencias son especialmente importantes para nuestro aprendizaje como budokas, no solo porque mejoras las relaciones entre compañeros sino porque también, como he dicho antes, se pueden desarrollar situaciones inusuales a las que no estás acostumbrado, cosa que siempre enriquece.

Con este pequeño escrito quería expresaros mi experiencia en la convivencia y también quería daros las gracias de verdad a todos aquellos que vinisteis, porque cada uno hizo que el fin de semana fuera una experiencia perfecta, y en especial dar las gracias a Ismael, nuestro maestro, por invertir tanto tiempo en nosotros y en nuestro entrenamiento.

 Por último quería animar a todos aquellos que no vinisteis, y a los que sí, a probar en la próxima, porque ¡seguro que repetiremos!



María.