Como Hatsumi Sensei ha comentado, es importante acercarse y estudiar las artes marciales que conforman la Bujinkan desde un punto de vista antropológico para poder comprender los orígenes de lo que estamos practicando y ver cómo ha evolucionado hasta nuestros días.
Con esta premisa en mente el trabajo de la clase de hoy se basó en el bôjutsu centrándose en el uso que se le podía dar al bastón como un elemento utilizado para facilitar los desplazamientos a pie en grandes distancias. Por ello se introdujo una vestimenta típica de la época medieval japonesa utilizada generalmente por los hombres cuando partían de viaje. Durante sus andaduras era posible que se viesen asaltados en el camino por lo que debían estar listos para protegerse. En el kimono y sus diferentes partes podían esconderse armas pequeñas (kakushibuki) e incluso en el sombrero se podían insertar shuriken o semban que podrían lanzarse con un gesto disimulado.
El bastón, que servía como un elemento de apoyo para suavizar la caminata, se convertía en un arma muy útil a la hora de defenderse. Por ello existían diferentes tipos de bastones que escondían armas en su interior denominados shikomi. Podía tratarse de hojas afiladas, punzones, flechas y cuerdas o cadenas con ganchos o pesos en sus extremos, ocultos por una tela que cubría el extremo del bastón.
Ismael de la Fuente
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